Esta es la frase que las mujeres de la Comuna 2 Santa Cruz, plasmaron en un mural del sector y que define su posición y participación en la comunidad. Un proceso co-creativo derivado del proyecto “Acciones para vivir, espacios para convivir: espacios libres y seguros para todos”.
El arte y la cultura se han convertido en una herramienta de manifestación individual y colectiva frente a la violencia y, con mayor fuerza, frente a la violencia contra la mujer.
Los espacios protectores, la atención inmediata frente a las denuncias y la conciencia ciudadana sobre esta problemática son cada vez más necesarios, llevando a que el espacio público sea uno de los principales escenarios de expresión para repudiar un problema omnipresente y devastador que, como señala la Organización Mundial de la Salud –OMS–, afecta a una de cada tres mujeres en el mundo.
Por ello, la Corporación Socios de la Esperanza, en articulación con la Secretaría de la Mujer, colectivos de mujeres y la comunidad en general de la Comuna 2 Santa Cruz, realizó en el sector un ejercicio de co-creación llamado, “Espacios para vivir, acciones para convivir:”, que inició con un taller de sensibilización, pasó por una cartografía social y culminó con una intervención artística.
Se trata de un mural o intervención pictórica que, como lo define Ana María Trejos, una de las artistas plásticas invitadas y coordinadora del taller, representa la posición y participación de la mujer en la comunidad.
“Hablamos de la posición de la mujer en temas como la participación en la comunidad, cómo se visibilizan y cuál era su sentir frente a esta propuesta. De ahí surgieron cosas tan importantes como la frase, por qué plasmar el barrio en el mural, las mandalas o el rostro de una niña y una mujer adulta”, expresó Trejos.
Y es que, no sólo el momento de creación e integración de las mujeres durante el taller inspiró la frase Somos únicas, libres e irrepetibles, sino que además, como mencionó Karina Rodríguez, artista plástica invitada, fueron sus conocimientos, su tradición oral, las historias y las memorias con que se identificaron las mujeres.
De izquierda a derecha: Ana María Trejos y Karina Rodríguez, Artistas plásticas
El mural se realizó el 20 de abril y está ubicado en la calle 118 con carrera 51C, barrio La Frontera, aledaño al parque ambiental Finca la Mesa, un espacio de integración para la comunidad. Durante la jornada de intervención se le dio una nueva cara al lugar, se generó conciencia y sentido de pertenencia y, sobre todo, se logró que las mujeres del sector sintieran este lugar como libre y seguro para ellas y las niñas.
“Ellas son personas que vienen de procesos artísticos y culturales muy representativos, que están en pro de los derechos de las mujeres para generar unos espacios habitables, de respeto”, afirmó Karina.
Y agregó Ana María, “la comunidad acogió muy bien la propuesta, sobre todo porque ellos ven este lugar como de difícil acceso para las mujeres y las niñas. Este mural le dio un nuevo ambiente”.
La jornada también estuvo acompañada de una presentación teatral por parte de la Secretaría de la Mujer y una actividad pedagógica y experiencial desarrollada por la Corporación Socios de la Esperanza, denominada La Jaula, un espacio diseñado para sensibilizarnos con los momentos que experimentan las víctimas de la trata de personas, como otra forma de violencia contra las mujeres; y generar conciencia y prevención ante situaciones de este tipo, que también se convierten en un riesgo latente para las mujeres y las niñas.
