Un cuerpo quieto es un cuerpo inerte y un cuerpo inerte poco puede aprender y, en ese
sentido, no tiene los elementos suficientes para reconocer las posibilidades que existen en su
vida y en su entorno para desarrollar su ser en excelencia.
Por eso, nuestras experiencias se desarrollan a través de ejercicios dinámicos de contacto,
diálogo, movimiento, cooperación y creaciones colaborativas que integran actitudes,
capacidades gestos, voluntades y formas de ser y hacer.
Todo conectar implica un intercambio energético que reconoce los saberes diversos para
construir lazos, vínculos, transformaciones