Hacemos parte de una generación angustiada que se enfrenta a los problemas, retos y situaciones cotidianas de la vida desde una narrativa de la lucha, la preocupación y el estrés. Este relato ahuyenta toda sensación de satisfacción cuando se nombra la vida y el ser. Para ello, creamos ejercicios divertidos y sentidos que movilizan emociones, tocan las fibras y conectan los cuerpos para disfrutar las experiencias y vivir con intensidad las experiencias formativas. Todo proceso de crecimiento humano es más significativo y en ese sentido, más sostenible en el tiempo si se gestiona desde el goce, el disfrute y la sensación de satisfacción de los participantes.